Crónicas del Aerosol

Como han escuchado en un post anterior, el graffiti puede englobar cualquier tipo de pinta en lugares públicos, transgrede y se ubica en el límite entre lo público y lo privado. Podemos considerar graffiti desde las pintas en baños públicos, hasta los murales en paredes de la ciudad. Como lo que yo quiero presentar aquí es un tipo de graffiti callejero, distingo 4 tipos de Graffiti:

1. Graffiti Publicitario
2. Graffiti Político
3. Graffiti de Barra
4. Graffiti Hip-Hop



Estos tipos de graffiti, comparten el hecho de transgredir y expresarse en la ilegalidad. Sin embargo, tienen reglas de juego distintas. Yo me centro en el Graffiti Hip-hop y considero que tiene formas de expresión más variadas, pues a pesar de iniciar en la calle y la ilegalidad tiene como rasgo característico el tener una técnica propia que lo convierte en arte urbano y además marca el paso del graffer de transgresor (incluso vándalo) a artista. Puede estar expuesto en una galería de arte, pero la técnica se caracteriza por un aprendizaje autodidacta y de ensayo y error, además del uso de materiales como el spray, distintos tipos de caps (tapas que dan efecto a la difuminación de la pintura) y plumones; a diferencia del taller artístico en el que hay un profesor o artista experimentado que da pautas acerca de la técnica.



Como bien apunta, Mercedes Figueroa, el graffiti hip-hop se encuentra en constante negociación con la legalidad, pero el elemento calle nunca se pierde; puedes tener tus obras expuestas en la galería pero todas formas retornas de vez en cuando a la calle para realizar tus pintas. Es por esta razón que considero que decir que los graffers que yo presento aquí son vándalos, es una categoría reduccionista de personas que no están familiarizadas con el tema. Hay efectivamente una transgresión, un grado de vandalismo, pero no se puede decir que el graffiti sea totalmente vandálico en tanto comparte los espacios legales e ilegales. Como bien he dicho antes, los graffers no son unos angelitos, pero tampoco son unos completos vándalos en tanto sus pintas sí siguen ciertos códigos. La primera regla es la del respeto por el trabajo del otro artista, en tanto pintar sobre la pinta de otro constituye un insulto y una causal de "guerra" (el que tacha se expone a que lo tachen continuamente), además del respeto por la jerarquía del trabajo del otro. Aparte de esto hay algunas reglas personales pero esto ya es variable, algunos afirman que no pintan en casas porque no les gustaría que pinten en la suya pero a otros simplemente no les importa. El nivel de transgresión depende de los límites que se imponga el propio graffitero.